<< Parte I | << Part I
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Transporte confidencial (Final)
Con el último clic, la hebilla se desprendió de la maleta y ya no había conexión con el brazalete. ¿Cómo era posible? ¿¿Cómo no había reportado la hebilla suelta antes de salir?? No era momento para arrepentirse ni entrar en pánico. Solamente había que consultar el Código de acción –convenientemente grabado en su memoria– para saber qué hacer. La búsqueda mental entre miles de códigos relacionados con la situación arrojó dos resultados estrechamente relacionados:
Acción 1: Contactar al superior inmediato.
Acción 2: Pagar el equivalente a cuatro meses de salario como multa por la
hebilla rota.
Ahora sí era momento de entrar en pánico. ¿¿Cuatro meses de salario?? ¿De dónde iba a sacar esa cantidad? Claro, que el valor era para compensar las potenciales ramificaciones de su negligencia. Si una hebilla se rompía, la maleta quedaría abierta y… D41n8 no quería pensar en las consecuencias. En cualquier caso, no había sido cuidadoso y estaba dejando un amplio margen de acción al enemigo. ¿No había una manera de justificarse? Una nueva búsqueda en el índice mental no arrojó resultados. ¿Podrían reducir la multa? Una tercera búsqueda no procedió porque en un segundo iba a exceder el lapso permitido para tomar la Acción 1.
A D41n8 no le quedó otro remedio que llamar a un superior. Casi de inmediato llegó una mujer alta, con pelo negro rizado, que se presentó como S52o9 y le llevó discretamente a un área con asientos. No hizo preguntas. Con una mirada evaluó el problema y decidió llamar a un especialista. Mientras esperaban, le explicó a D41n8 que el especialista verificaría el daño y aplicaría la multa.
Hasta el momento, D41n8 no había declarado nada y en medio de su angustia barajaba opciones respecto a qué decirle al tal especialista a ver si le reducían la sanción. Pero finalmente decidió decir la verdad. Era imposible encontrar una brecha en el Código, al menos no entre las normas a las que tenía acceso por su rango, y, por último, la justicia debía prevalecer, tanto para los premios como para los castigos.
El especialista, un hombre bajo y algo rechoncho, se llamaba E74r3 y le pidió que le cuente lo que había sucedido. D41n8 contó todo, desde el momento en que había notado la hebilla un poco suelta al revisar la maleta en el punto de partida, pero no pensó que se iba a romper antes de llegar al destino. Además, de todas maneras pensaba mencionar el problema en el reporte de entrega.
E74r3 examinó la maleta con cuidado. Sacó unas herramientas extrañas de su maletín y verificó el código numérico de la maleta. Tras una serie de cálculos estaba listo para dictar su veredicto.
En voz baja, pero firme y clara, comenzó con una entonación monótona: «Según lo estimado por el desgaste, la maleta ya tenía la hebilla suelta suficiente tiempo como para que lo notara el agente encargado de dejar la maleta en el punto de partida de D41n8. Según el protocolo este debería haberlo mencionado en el reporte correspondiente para programar un aviso del desperfecto, pero no lo hizo. Por lo tanto, D41n8 queda libre de responsabilidad, ya que su entrenamiento no le permite evaluar el grado de ningún desperfecto y sus reportes se limitan al transporte».
La angustia de D41n8 iba cediendo para dar paso a la esperanza. El especialista continuó: «D41n8 ha actuado con tino al no haber asegurado la maleta al brazalete desde el principio porque esto hubiera generado más tensión en la cadena y la hebilla se habría roto incluso antes. Una maleta completamente abierta habría expuesto a la unidad a consecuencias insospechadas. En conclusión, D41n8 recibirá un bono de 3 meses de salario por haber conservado la maleta sellada y por su buen criterio al reportar a los superiores. Se cierra el caso. Enviaré un reporte detallado con los cálculos. D41n8 recibirá instrucciones sobre cómo y cuándo le entregarán su bono».
D41n8 estaba en estado de conmoción. Le parecía irreal. Estrechó como pudo las dos manos que le tendieron y se sentó un momento a recuperarse de la sorpresa. Sin embargo, no le pagaban por sentarse. Al minuto recibió un mensaje en el sistema mental integrado: «Nuevo transporte. Maleta en el área A3G7 para destino I97B».
«Bueno», pensó D41n8, «al menos salí de la rutina y ya no puedo decir que no conozco a otros trabajadores. Y siempre es interesante saber que a los androides de gama alta ya nos consideran para los bonos». Y con esa idea se levantó para dirigirse a su nueva misión.
FIN
<< Part I
The confidential carrier (Ending)
With the last click, the buckle snapped off the suitcase. It now hung loose from his bracelet. How could it be possible? Why had he not reported the loose buckle from the beginning? But there was no time to regret or panic. The only thing left to do was looking up in the Code of Actions – conveniently recorded in his memory. The mental search among thousands of articles provided two guidelines on what to do:
Action 1: Contact the immediate superior.
Action 2: Pay a fine worth four months of salary for the broken buckle.
Now it was time to panic. Four months of salary?? Where was he going to get that amount? Of course, the high value would compensate the potential ramifications of his negligence. If the buckle broke, the suitcase would burst open, and… D41n8 didn’t want to think of the consequences. In any case, he had not been careful and was thus leaving a wide margin of action to the enemy. But wasn’t there a way to find an excuse, or better yet, a reason? A new search in the mental index did not show any results. Could it be possible to reduce the fine? A third search did not proceed because in a second he would exceed the time limit allowed to take Action 1.
D41n8 had no choice but to call a superior. Almost immediately appeared a tall woman with curly black hair. She introduced herself as S52o9 and took him discreetly to an area where they could sit. No questions. At a glance she assessed the problem and decided to call a specialist. She then explained to D41n8 that the specialist would verify the damage and apply the fine.
D41n8 had not declared anything so far. In the midst of his anguish he was considering what to tell the specialist, just to see if the fine could be reduced. But finally he decided to tell the truth. It was impossible to find a breach in the Code, at least not between the rules his rank allowed him to look through. Besides, fairness must prevail after all, both for prizes and punishments.
The specialist, a short and somewhat chubby man called E74r3, asked him what had happened. D41n8 told everything. He had noticed that the buckle was a little loose, but he didn’t expect it would snap off before reaching the destination. He planned to mention the problem in the delivery report anyway.
E74r3 examined carefully the suitcase. He pulled out some strange tools from a bag he was carrying and checked the numerical code of the suitcase. After a series of calculations, he was ready to issue his verdict.
His voice was low but firm and clear. With a monotonous intonation he said, “As estimated by the observable wear and tear, the buckle had been loose long enough for the previous agent to notice. According to his training, he should have pointed out the failing device in his report at the starting point of D41n8’s shift. He didn’t do so, which made impossible to issue a warning on this matter. D41n8 holds no responsibility. His training does not allow him to assess the degree of any damage, and his reports focus only on the transportation.”
D41n8’s anguish was giving way to hope. After a short pause the specialist continued.
“D41n8 has shown good judgment by not attaching the suitcase to his bracelet. This would have increased the tension on the chain, and the buckle would have broken even earlier. A suitcase completely unlocked would have exposed the unit to unsuspected consequences. In conclusion, D41n8 will receive a bonus worth three salaries for keeping the suitcase locked and for his good judgment to report the issue immediately. The case is closed. I will send a detailed report with the calculations. D41n8 will receive instructions on how and when he is going to receive his bonus.”
D41n8 was in shock. It seemed unreal. He shook clumsily the two hands in front of him and sat for a moment to recover from the surprise. But he was not paid to sit. A minute later he received a message in the integrated mental system. New transportation assignment. Suitcase in area A3G7. Destination area I97B.
Well, thought D41n8, at least I got out of the routine and I can no longer say that I don’t know other workers. Besides, it’s interesting that high-end androids like me are already elegible to get bonuses. With an optimistic outlook in mind he got up and headed to his new mission.
Sundari 